Decidí emprender este viaje fotográfico en mi casa, durante el período de cuarentena por la emergencia del COVID, reflexionando sobre el hecho de que la tragedia de la contaminación no es solo afuera, sino también adentro de nuestras casas. Contando la contaminación del río Sarno en clave simbólica, de hecho, he redescubierto una relación osmótica entre la contaminación ambiental y la privada: la primera, sin diques, se vierte en nuestras casas, en nuestra comida, en el agua que bebemos, con que lavamos o cocinamos.

Las diez tomas se realizaron mezclando sustancias coloreadas con alimentos como harina, leche, café, tratando de recrear los mismos colores y densidad que muestran las imágenes de las noticias del Sarno. Estudié los datos de contaminación del río y los puntos críticos a través de Google Earth, anotando las coordenadas.